A muchas personas les parece muy fuerte el sabor del té y lo suavizan añadiendo leche... Pero lo que muchos no saben es que hay un gran debate (sobretodo en Inglaterra) sobre cuándo echas la leche ¿antes o después que el té?
Se dice que la tradición de poner la leche antes que el té era para evitar que las tazas se agrietasen por el choque térmico, pues la leche se ponía fría o tibia. Hoy en día la calidad de las tazas es mejor y ese problema queda solventado.
Los que echan la leche después que el té alegan que de esta forma se mezcla de forma más homogénea, pero no te evita tener que remover con la cucharilla.
Lo que tenemos muy claro es que añadir leche al té le da un toque cremoso, aporta sus nutrientes y ayuda a que se enfríe antes a una temperatura más bebible. Y donde se dice leche nos referimos a la leche en todas sus variantes, tanto animales como vegetales y en todas sus texturas (como por ejemplo, leche condensada).
Como veis no hay normas en esto del té con leche, por lo que también podéis probar la combinación con té negro, té rojo, té verde, té blanco, té azul Oolong... e incluso rooibos y en "Té Helado". ¡Al gusto del consumidor y ya está! ¿A vosotros cómo os gusta el té?
Si necesitáis ideas, podéis hacer clic en los siguientes nombres de tés que se preparan con leche para acceder a sus recetas: Té Tibetano, Matcha Latte, Ice Cream Tea, Batido de Té, Masala Chai, Cóctel Playa Paraíso y el clásico "Té Inglés".
Y no tengáis miedo de añadir leche al té que en 2010 se realizó un estudio titulado "El efecto de la Leche y el metodo de preparación del Té Negro en la bioaccesibilidad de las catequinas" donde se hizo un experimento en laboratorio y se demostró que la ingesta de té con leche no modificaba la composición beneficiosa del té.
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